En estos poemas, los mariachis tocan como ángeles, los ángeles andan en bicicleta y la tierra baila al ritmo del cha-cha-chá. Una celebración de las alegrías y retos de la vida cotidiana: una visita al mercado, la llegada del vendedor de helados, el primer día de escuela. Además, el autor rinde homenaje a su madre, quien le enseñó que con trabajo duro y educación podría hacer realidad sus sueños.
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