A contar ovejitas que viene el sueño, pasan todas en fila aunque no tengan dueño. Un alambre de púas es lo que saltan… aunque de vez en cuando ¡una se empaca! Esta divertida canción rimada de la poeta Roberta Iannamico habla de unas pícaras ovejas que quieren que el universo sea su prado. ¿Lograrán dormir a revoltosos niñitos y niñitas? Ilustra con gran ternura Pati Aguilera.
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