Este breve poema de Federico García Lorca forma parte del clásico Romancero gitano y tiene su cadencia y su magia. Para invocar los temas hipnóticos del poeta -la luna, el agua, el sueño- Diego Bianki saca de la galera una de sus técnicas más lúdicas. ¿Cómo estarán realmente hechas estas ilustraciones? La atmósfera es musical, juguetona y luminosa.
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