En este poemario Francisco X. Alarcón y la artista Maya Christina González nos invitan a celebrar el invierno a la orilla del mar, en la mágica ciudad de San Francisco y en los antiguos bosques de secuoyas de las sierras.
Vemos una ciudad donde las personas son puentes entre sí y los niños cantan poesía en dos idiomas. Una familia descansa en la nieve y le recuerda al poeta las iguanas que juegan junto a la casa de su abuela en México. Así el poema nos deslumbra con la promesa de plantas de secuoyas germinando, como todos los niños, destinadas a ser los antepasados del mañana.
Todos los derechos reservados. Consulta nuestros Términos y condiciones y Política de privacidad.