El papá de Roberto habla en español cuando se enfada, y ¡vaya que sí está molesto hoy! Su silla de la suerte, en la que se sienta para ver jugar a sus amados Yankees de Nueva York, no está. Y la necesita para ver el partido de la tarde ¡que es justo contra los Red Socks! Roberto también está emocionado. Está a punto de despegar a Marte en su nave espacial casera, y la silla de la suerte es un asiento perfecto para el piloto. Cuando su padre lo descubre le dice a regañadientes que puede usarla por ahora, pero debe devolverse antes de la hora del juego.