Mucho antes de la Independencia de Chile, en Monte Rey vivía una hermosa joven llamada Añañuca. Ella amaba la soledad y no conocía el amor. Hasta que un día llegó un minero buscando un tesoro perdido. No encontró dicho tesoro, pero encontró algo mucho mejor: el amor de Añañuca. Mediante un texto e imágenes cautivadores las autoras logran dar vida a esta leyenda que da cuenta del origen de la añañuca, flor típica de la zona norte de Chile.
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