Una mirada infantil, todavía asombrada y curiosa, para mostrar a los pequeños el misterio que ofrece la naturaleza: la lluvia y el agua; los insectos y los escarabajos; las ranas, los caracoles y las zarigüeyas. Seres que saben ocultarse, secretos, simplemente porque no se esconden, porque habitan tan cerca de nosotros que a veces nos olvidamos de ellos. Y esa, precisamente, es la tarea del poema: rescatarlos para que volvamos a verlos como de verdad son.