La pequeña Shigeko sigue las enseñanzas que su madre le imparte y en su cuaderno anota las cosas que va observando. Desde el vuelo de un zorzal hasta las hojas que se desprenden de los árboles. Cada una de estas puede convertirse en una parte de los pequeños poemas que ella creará>

Este libro invita a detenerse a observar el ambiente que nos rodea y a encontrar en todas las cosas la inspiración para crear. A través de la historia entre Shigeko y su madre aprendemos qué son los haikus y cómo podemos reflejar en ellos todo lo que el mundo puede ofrecernos. 

La naturaleza y las estaciones son esenciales en la concepción del haiku, por eso estos poemas reflejan un lugar y un momento que perduraran en la historia. Leer un haiku es “como escuchar un suspiro” nos dice el texto, es capturar una imagen. A partir de una serie de recomendaciones el texto propone ejercicios de observación, imaginación, exploración y escritura.

Datos curiosos 

Sabías que...

Durante siglo XVII se comenzó a utilizar la forma poética que hoy se conoce como haiku. El hokku es el primer verso colaborativo de la forma haikai y su posición es la más importante, por esto a veces aparecía de forma individual. La escuela Basho promulgo la creación y popularización de hokku individual.

A finales del siglo XIX Masaoka Shiki, poeta y crítico literario, definió y renombró el hokku como haiku.

En la tradición japonesa en haiku debe contener una palabra que indique la estación del año. Esta tradición no es muy común en los haikus escritos en otras lenguas ya que las estaciones varían de país en país.

Explora los recursos relacionados 

Entrevista con María José Ferrada

“La poesía me interesa como una forma de mirar”

Haiku

La poesía más corta del mundo